Finalmente, llegué a Griselda. Los ataques mordaces en redes sociales, los «expertos» criticando el guión o el reparto, y el tufillo de superioridad moral de aquellos que vociferan que las series de este tipo no deberían existir, fueron el anzuelo que mordí para asistir, en primera fila, al festín sangriento y nostálgico de la coca, […]